¿QUÉ VER EN FERRARA?

 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. y ciudad de las bicis

EL CASTELLO ESTENSE: EL IMPONENTE CASTILLO DE LOS ESTE EN FERRARA

Te dará la bienvenida al centro de la ciudad. Ahí está, casi tan imponente como cuando se levantó, a finales del siglo XIV, con su estructura cuadriculada y ese foso que sigue rodeándolo.

Eso sí, ya no tiene sus almenas, desaparecieron cuando se transformó en la nueva residencia de la corte de los Este, los señores de Ferrara,  una de las familias más influyente de Europa en la época.

Puedes visitar sus salas nobles llenas de frescos renacentistas –las más famosas son la capilla ducal, la cámara y el salón de juegos, la sala del gobierno y la sala de los escudos–, las cocinas, la prisión y el jardín colgante de los naranjos y subir a la torre de los Leones para admirar Ferrara desde arriba.

LA CATEDRAL DE FERRARA: EL EPICENTRO DE LA CIUDAD MEDIEVAL

En el interior queda poco de la decoración medieval: se renovó y redecoró en los siglos XVIII y XIX. No te pierdas el fresco del Juicio Universal del siglo XVI en la bóveda del ábside, ¡está inspirado en el de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina!

DEL CASTILLO A LA CATEDRAL: TODO LO QUE HAY QUE VER EN FERRARA EMPIEZA AQUÍ

Entre el castillo de los Este y la catedral de Ferrara está el corazón de la ciudad. La piazza Savonarola, con el castillo a un lado, el antiguo Palacio Ducal a otro y la via Coperta, el pasadizo cubierto que conectaba los dos, a otro. En el cuarto lado de la plaza, se abre el corso Martiri della Libertà, con el palacio arzobispal y la fachada monumental del Palacio Ducal. El corso se vuelve a abrir en la plaza de la catedral y en la gran plaza Trento y Trieste: la antigua plaza del mercado.

AL BRINDISI: ¿LA TABERNA MÁS ANTIGUA DEL MUNDO ESTÁ EN FERRARA?

Tuvo como clientes a Copérnico y Tiziano, entre otros y se jacta de ser la taberna más antigua del mundo. Eso sí, cuando fuimos nosotros estaba cerrada por vacaciones, ¡mala suerte!

LA FERRARA MEDIEVAL, ALREDEDOR DE LA VIA DELLE VOLTE, Y EL EX GUETO JUDÍO

Al sur de la piazza Trento y Trieste se encuentra el entramado de callejuelas del antiguo centro medieval de Ferrara, con la que probablemente sea la calle más bonita de la ciudad: la via delle Volte. Una calle larga y estrecha llena de “volte”: pasadizos sobreelevados  Ésta era una de las principales calles comerciales de Ferrara en la época medieval y una de las teorías sobre los pasadizos es que servían de conexión entre las casas de los comerciantes, a un lado de la calle, y sus almacenes, al otro.

En la zona medieval se encuentra también el ex-gueto judío de Ferrara, alrededor de la via della Vittoria, de la via Vignatagliata y de la via Mazzini donde, en el edificio de una antigua sinagoga, está el museo judío. 

PROBAR EL PAN FERRARESE EN UNA PANADERÍA DEL CENTRO

LA BIBLIOTECA ARIOSTEA: UN RINCÓN MENOS CONOCIDO QUE VER EN FERRARA

LAS RESIDENCIAS RENACENTISTAS: PALAZZO SCHIFANOIA, PALAZZO DI LUDOVICO IL MORO, PALAZZINA MARFISA D’ESTE…

Si buscas palacios renacentistas, Ferrara es tu sitio: ¿habrá más aquí que en la mismísima Florencia?

ALGUNAS DE LAS IGLESIAS QUE VER EN FERRARA ADEMÁS DE LA CATEDRAL

Como buena ciudad italiana, tampoco faltan iglesias en Ferrara, además de la catedral, claro. Y algunas tienen pequeñas joyas escondidas en su interior, como el coro de las monjas en la chiesa di Sant’Antonio in Polesine, el coro de las clarisas en el monasterio del Corpus Domini o el cuadro de la Purificación de la Virgen en la chiesa dei Teatini.

LA FERRARA RENACENTISTA Y PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD: LA ADDIZIONE ERCULEA

Sí, a pesar de que hay huellas renacentistas en toda Ferrara –todos los palacios de los que he hablado hasta ahora están en el centro medieval–, hay una parte de la ciudad que es 100% renacentista: la llamada “Addizione Erculea” –la adición de Hércules–.

A finales del siglo XV, Hércules I de Este, el primero de los Este en ostentar el título de conde, decidió ampliar a más del doble la superficie de la ciudad amurallada. Una ciudad tan floreciente como Ferrara necesitaba más espacio. Así, además de transformar el castillo en residencia palaciega y de levantar la nueva muralla, se empezaron a diseñar las calles que ésta encerraría. Unas calles ya rectas, amplias y casi paralelas y perpendiculares entre ellas, en contraste con el entramado confuso de las callejuelas del centro medieval.

EL CORSO ERCOLE I D’ESTE Y EL PALAZZO DIAMANTI

La calle principal de la Addizione Erculea se llama, como no podía ser de otra forma, Corso Ercole I d’Este. En ella te vas a encontrar con un palacio tras otro, pero los más espectaculares son los que están más cerca del Quadrivio, el cruce con la segunda calle más importante de la Addizione Erculea: el Corso Biagio Rossetti –el arquitecto y urbanista que la diseñó–.

Aquí están el Palazzo Turchi-Di Bagno y el Palazzo Prosperi-Sacrati, con su precioso portal. Pero, sobre todo, el Palazzo Diamanti, uno de los edificios renacentistas más importantes, y más peculiares, de la ciudad. No vas a tener problema en reconocerlo: su fachada blanca con almohadillado en forma de puntas de diamantes es inconfundible. Dentro está la Pinacoteca Nacional, pero en una visita de un día como la nuestra no te va a dar tiempo visitarla.

QUÉ HACER EN FERRARA PARA INTEGRARSE CON LOS FERRARESES: UN PASEO EN BICI O ANDANDO POR EL PARQUE DE LA ANTIGUA MURALLA

Siguiendo el Corso Ercole I d’Este, antes de llegar a la muralla, tuvimos la impresión de estar saliendo de una ciudad y estar entrando en un pueblo o, más bien, adentrándonos en el campo. Las casas se hacen más bajas, están rodeadas de jardines y en la calle se alzan unos álamos tan altos que, en las últimas horas de la tarde cuando nosotros paseamos por ahí, casi tapan el sol.

Y, al final, la muralla. Se puede atravesar por la Porta degli Angeli –Puerta de los Ángeles– o pasear por encima de ella, por el amplio camino de ronda transformado en parque. Aquí es donde vienen los ferrareses a correr y a andar en bici. Ferrara es una de las ciudades de las bicicleta por excelencia en Italia: ¡todo el mundo se mueve en dos ruedas! Pero el sitio está genial también para caminar.

La muralla medieval y la renacentista se han conservado muy bien: quedan unos 9 kilómetros, pero tampoco hace falta que lo recorras entero… De hecho, te aconsejamos bajar en la via delle Vigne para pasar por la iglesia de San Cristoforo alla Certosa, por la via dell’Erbe que está rodeada de huertos urbanos y llegar a la Piazza Ariostea, la plaza principal de la Addizione Erculea.

¡Es increíble como cambia el paisaje urbano de Ferrara en tan pocos pasos!

ACABAR EL DÍA DE LA MEJOR FORMA: UNA CENA DE COMIDA TÍPICA FERRARESA

Si en Ferrara sólo pudieras probar un plato, debería ser cappellacci di zucca: una pasta rellena de calabaza que se toma simplemente con mantequilla y un poco de salvia. ¡Qué rica!